viernes, 24 de enero de 2014

Homenaje al Director del Museo


En su acto académico aniversario, la Universidad Simón Bolívar exaltó la trayectoria del doctor Qswaldo De Sola y reconoció en su persona la labor que hizo posible la creación del Museo Histórico de Guayana con sede permanente en Ciudad Bolívar.
            El doctor De Sola es el creador y fundador de la Fundación Museo Histórico de Guayana y su actual Presidente. Esta institución sin fines de lucro, con personalidad jurídica y patrimonio propio, existe desde el 19 de enero de 1992 que quedó oficializada en el Registro Público de Caracas por iniciativa de la Fundación Bicentenario del Natalicio del Libertador cuya obra está tutelada por la Universidad Simón Bolívar que el 19 de Enero cumplió  44 años (1970) de su instalación en la antigua hacienda “Sartenejas” de Baruta bajo la rectoría del doctor Ernesto Mayz Vallenilla.
            El Museo funciona en la Casa Aristiguieta donada por la Sucesión de Miguel Isaías Aristeguieta, entre las calles Amor Patrio y Libertad,  frente a la Casa Heres.  El inmueble llamado “Sala de Usos Múltiples” ubicado en la esquina NE de las calles Amor Patrio y Libertad fue construido a costas del propio peculio del doctor De Sola, sobre una parcela de terreno comprada a la Municipalidad.
            El doctor Oswaldo De Sola, quien pasa de los noventa años, es nativo de Caracas (5/7/1922), pero está ligado a Guayana no sólo por haber investigado su historia, sino por su carrera profesional de ingeniero geólogo toda vez que como tal participó en los inicios  de evaluación del Caroní como potencial hidroeléctrico junto con Rafael Alfonso Ravard y Rafael de León.  Desde entonces es posible decir (1940-49) que está ligado a Guyana porque “me pareció fabulosa, era otro mundo, esto era otro país, que no tie­ne nada que ver con lo que está al nor­te del Orinoco".
            Pertenece a una familia bastante antigua, de antepasados españoles, de la rama Safardi, muchos de ellos -14 De Sola- fueron quemados en actos de fe  por la Inquisición y luego de muchas vueltas la familia vino a América y se instaló en Venezuela.
            En 1943 egresó ´de la UCV como ingeniero geólogo y tres años después el rector, Santiago Vera Izquierdo lo invitó a ingresar en esta casa de estudios como docente.  Fue así como inició su carrera académica que concluyó en 1972, cuando culmi­nó su gestión como rector interino de la UCV. De Sola fue Rector interino de esta casa de estudios superiores, cuando se produjo su intervención por parte del presidente de la República, Ra­fael Caldera.  Trabajó en la UCV durante 35 años, y estuvo siempre en la Facultad de Ingeniería de la que fue decano (1961.65).
            El doctor Oswaldo De Sola compró casa y vive en Ciudad Bolívar junto con su esposa Iris, hermana del académico Santos Rodulfo Cortés, fallecido recientemente en Caracas.  Su casa en las afueras de Ciudad Bolívar parece un museo lleno de libros, manuscritos y objetos antiguos como un sillón donde se sentaba el Libertador.
Ha escrito varios libros, entre ellos, uno sobre la renovación académica (UCV 1969-72) y otro sobre la presencia de Walter Raleigh en Guayana, además de 24 publicaciones científicas sobre geología y 27 conferencias.  Ha recibido  todo tipo de condecoraciones y reconocimientos, entre ellas la Orden del Libertador en grado de Gran Oficial, por su actividad académica y científica.

Sin embargo, esos reconocimientos no incidieron en que ahora, en esta eta­pa de su vida, se haya dedicado por en­tero a una actividad que lo apasiona: la investigación histórica y entre sus grandes hallazgos están documentos, medallas históricas y cuadros de per­sonajes ilustres.

MUSEO HISTÓRICO DE GUAYANA

Domingo  29/11/93 (Correo del Caroní)


MUSEO HISTÓRICO DE GUAYANA / Américo Fernández

La Fundación Bicentenario Simón Bolívar que en Caracas preside el doctor Oswaldo De Sola, trabaja desde hace más de dos años en la creación del Museo Histórico de Guayana con sede en Ciudad Bolívar, y el cual habrá de funcionar en la antigua casa de los Aristeguieta donada por sus descendientes con ese fin.

El Museo Histórico de Guayana que a corto plazo será viva realidad, tiene su antecedente en el Museo Talavera, fundado por el obispo monse­ñor Miguel Antonio Me­jía, muerto y enterrado en la Catedral de Angostura y de quien los citadinos solían decir tenía tanto de general como de pastor de grey.
El Museo Talavera fue fundado para celebrar dentro del amplio programa de actos, el cente­nario de la bendición inaugural de la Catedral de Ciudad Bolívar (1841-1941).
La Carta Pastoral ex­plica el objeto del primer museo histórico que tuvo la ciudad: "...recoger restos de objetos y arte­factos indígenas de la época precolombina, re­liquias del tiempo colo­nial, particularmente en lo que se refiere al arte religioso, documentos, armas numismáticas, muebles y otras cosas im­portantes pertenecientes a nuestra gesta gloriosa y asimismo muestras ejem­plares de los tres reinos de la naturaleza..."
Se llamó Talavera en homenaje a Monseñor Mariano de Talavera y Garcés, quien fue Admi­nistrador de la Diócesis de Guayana y cuya ges­tión estuvo fundamental­mente dirigida a terminar de construir la Catedral. En los brazos de Talavera cayó el prócer Tomás de Heres la noche en que una mano artera disparó un arcabuz desde una de las ventanas de la facha­da de su casa.
Director de ese Museo fue el doctor José Gabriel Machado, padre de la es­critora Luz Machado. José Gabriel Machado, para entonces Defensor Público de Presos, fue el organizador y alma de aquel Museo en la anti­gua casa de la Curia Dio­cesana de la calle Igual­dad, donde hoy funciona el diario El Bolivarense, que luego reclamaron sus dueños, pasando el Mu­seo de la Casa de San Isidro a fines de la década de los años cincuenta, donde prácticamente fue saqueado. Apenas queda­ron algunas piezas, entre ellas el Cristo del siglo diecisiete ante el cual oró el general Manuel Piar poco antes de ser pasado por las armas en la Plaza Mayor.
De nada valieron los toques que a través de la prensa nacional que daba Luz Machado desde Caracas para que la obra de su Padre no desapareciera como al final quedó defi­nitivamente extinguida sin que se sepa hasta aho­ra en cuáles manos que­daron las numerosas pie­zas museísticas que allí se exhibían.
Mucho antes del Mu­seo Talavera, fundado en junio de 1941, el general Manuel (Mocho) Her­nández, Jefe Civil y Mili­tar de Guayana en 1892, por decreto del 14 de octubre de ese año desig­nó una comisión para la constitución del Museo Histórico de Guayana.
Esta comisión integra­da por Juan Avis, Brígido Na­tera, Andrés Montes, Je­neth Mathison, Luis Aristeguieta Grillet, Au­relio Battistini, Carlos Urbano Taylor y Tomás Machado Siegert, no tuvo éxito en su cometido debido a la inestabilidad de los gobiernos de en­tonces.
Como se aprecia, hace más de tres decenios, Ciudad Bolívar se quedó sin Museo Histórico, pero actualmente tiene el Museo Etnográfico en la Cárcel Vieja, el Museo de Arte Moderno Jesús Soto, el Museo de Arte de Ciudad Bolívar y el Mu­seo Geológico y Minero, aparte de los Museos de Sitio como la Casa del Congreso de Angostura y la Casa de San Isidro.

MUSEO HISTORICO Ahora muy pronto tendremos el Museo Histórico de Guayana gracias a la iniciativa del doctor Oswaldo De Sola , presidente de la Fundación Bicentenario del natalicio de Simón Bolívar  a la vez coordinador de la Comisión  que desde el 17 de septiembre de 1991 trabaja hasta que se constituya  e instale la Junta Directiva  del Museo, cuya Acta-Estatuto fue protocolizada en junio del año  pasado.
El Museo, con sede en Ciudad Bolívar  funcionará, por consiguiente, bajo la égida de la Fundación que es privada, sin fines de lucro, personería jurídica y patrimonio propio, con el nombre de Fundación Museo Histó­rico de Guayana, según el acta y estatuto constituti­vo registrados el 19 de septiembre de 1992, en la Oficina Subalterna del Cuarto Circuito de Re­gistro Público del Muni­cipio Libertador del Dis­trito Federal.
La Directiva del Mu­seo la presidirá de hecho el presidente de la Funda­ción Bicentenario de Si­món Bolívar, bien sea, el Dr. Oswaldo de Sola, y estará integrada además por representantes del Archivo General de la Nación, la Academia Na­cional de la Historia, la Corporación Venezolana de Guayana y la Gober­nación del Estado Bolí­var.
Los miembros de la Junta Directiva serán es­cogidos de las siguientes ternas: Dr. Mario Brice­ño Perozo, Lic. Carmen Alida Soto y Lic. Carmen Luisa Torres, por el Ar­chivo General de la Na­ción; Dr. Ildefonso Leal, Carlos F. Duarte y Dr. Mario Sanoja Obediente, por la Academia Nacio­nal de la Historia. La Corporación Venezolana de Guayana se abstuvo de enviar terna por consi­derar que es suficiente el nombre del Lic. Leopol­do Villalobos, dada su condición de Cronista de Ciudad Guayana. Para definir la composición de la Junta Directiva de la Institución sólo falta que la Gobernación del Esta­do Bolívar envíe la terna o, por lo menos, responda las reiteradas comunica­ciones en tal sentido.
El último informe pre­sentado a la Fundación Bicentenario por los or­ganizadores del Museo, dice textualmente al res­pecto: "La Gobernación del Estado Bolívar, no ha contestado aún, a pesar de las numerosas com­unicaciones enviadas rogándoles la designación de sus representantes. Esto ha motivado el retrasode la elección de la Junta directiva.

MOTIVACIÓN Y OBJETIVOS.  El motivo por el cual la Fundación escogió a Ciudad Bolívar como sede del Museo Histórico de Guayana reside en el hecho de que ella fue Capital de la antigua provincia de Guayana, región que ha sido escenario de los más extraordinario acontecimientos  históricos, coloniales, republicanos y contemporáneos. La Guayana ofreció una base firme  para la creación de la Tercera República. Allí el Libertador escribió el Discurso de Angostura, uno de sus documentos políticos mejor inspirados; pro­mulgó la Constitución de la Gran Colombia y con­cibió su ambiciosa y exi­tosa Campaña del Sur.
El objetivo del Museo será el de presentar una visión integral de historia de la Región Guayana, de manera didáctica y viva, mediante la exhibición de documentos, retratos, objetos, mapas, muebles de las diversas épocas, reunido a lo cotidiano y a la celebración de las efe­mérides locales.
Las actividades del Museo estarán orientadas hacia la localización per­manente de materiales como do­cumentos, libros, obje­tos, muebles, mapas; or­ganización física del Mu­seo, vale decir, edificios, talleres, biblioteca, exhi­bidores, personal, y esti­mular otras actividades conexas, tales como in­vestigaciones históricas, publicaciones de libros, organización de eventos culturales relacionados con la historia.

ORGANIZACION
DEL MUSEO
El Museo Histórico de Guayana contará con las siguientes seis salas: 1) Época Prehispánica; 2) Descubrimiento, Explora­ciones y Conquistas; 3) Poblamiento y Misiones; Expedición de Iturriaga, Angostura; 4) Indepen­dencia, Batalla de San Félix, Bolívar en Guaya­na, la Gran Colombia, Campaña del Sur; 5) Contemporáneo 1830­-1950 hasta la creación de la CVG; 6) la Ciudad.
La Fundación Museo Histórico de Guayana es­tará bajo la administra­ción y dirección de una Junta Directiva integrada por el Presidente y cuatro Directores. El Presidente será siempre quien ejerza igual función en la Fundación Bicentenario de Simón Bolívar  y los cuatro Directores será electos  por un período de dos años y podrá ser reelectos  indefinidamente.
La elección de los Directores será efectuada  por la Junta Directiva de la Fundación Bicentenario  mediante la selección que se haga de cada una de la lista de  de tres candidatos que le será presentados  como ya dijimos antes por la CVG, Gobernación, Academia Nacional de la Historia y el Archivo General de la Nación.
Hasta ahora no ha sido posible  integrarla, por no haber la / Gobernación presentado la terna que se le solicitó.  Sin embargo, los trabajos para la creación del Mu­seo continúan con la coo­peración de los miem­bros de la Comisión es­cogida a tal fin, integrada por los doctores Oswaldo de Sola, coordinador; Mario Briceño Perozo, director; Mario Sanoja, investigador; Santos Ro­dulfo Cortés, investiga­dor, y profesor José Ra­fael-Maneiro, director.

PATRIMONIO DE
LA FUNDACION
El Museo ha recibido hasta ahora un aporte ini­cial de Bs. 500.000 de la Fundación Bicentenario y este año recibió 1.000.000 adicional. Par­te de este dinero se ha invertido en la adquisi­ción mayoritaria de li­bros y otros bienes nece­sarios inmediatos. Tam­bién recibió durante el año en curso un donativo de Felipe Tirado de Bs. 10 mil y otro de Empresa Noroco de Bs. 5 mil. Es­tos dineros se han unido a los ya mencionados y co­locados a plazo en los bancos.
Aparte de esto han sido recolectados impor­tantes documentos facsi­milares y otros papeles, -que cubren-eventos histó­ricos desde el Siglo XVI hasta contemporáneos, los cuales están debida­mente archivados para su uso y exhibición oportu­no; libros y colecciones de publicaciones periódi­cas de carácter histórico.
Para la fecha la biblio­teca en formación cuenta con unos 2 mil ejempla­res; 1332 fotografías y retratos de personajes históricos, de medallas, edificios y documentos significativos para los fi­nes del Museo; donacio­nes de medallas conme­morativas de los señores Federico Mandiri, Ricar­do de Sola y Oswaldo de Sola; monedas, insignias militares y objetos cerá­micos indígenas recolec­tados en los Castillos de Guayana y donados por el Lic. J. M. Tagliafico. La señora María Teresa Leañez ha donado u­nas piezas arqueológicas y el Dr. J. L. Salcedo Bas­tardo, 2 medallas conme­morativas del Bicentena­rio del natalicio del Libertador. Pero la dona­ción más importante es la casa de la familia Ariste­guieta (1870), entre las calles Libertad y Amor Patrio de Ciudad Bolívar. El hermoso inmueble de dos plantas, aunque en estado de ruina, fue dona­do por los descendientes de Miguel Isaías Ariste­guieta, el cual servirá de Sede del Museo, una vez que se reconstruya y adapte a la funcionalidad de la institución.

El Museo ha financia­do la excavación del sitio de la Forja Catalana del siglo XVIII ubicado en el Hato Santa Rosa, de la familia Lezama, cercano a la Misión de San Antonio del Caroní.  La investigación arqueológica estuvo estuvo a cardo del doctor Mario Sanoja asistido por estudiantes de la UCV en las labores de campo.

Homenaje de la USB al Doctor De Sola

UNIVERSIDAD SIMÓN BOLÍVAR

Las  Autoridades  Rectorales  y la Fundación Bicentenario de Simón Bolívar
tienen  el  honor  de  invitarle  al  acto  en  homenaje al
Dr. Oswaldo De Sola
  Por su dedicación ininterrumpida en la creación y conservación del
Museo Histórico de Guayana, patrimonio de la USB

Fecha: Jueves 30 de Enero de 2014
Hora: 11:00 a.m.
Lugar: Paraninfo- Casa Rectoral


Se le agradece confirmar su asistencia al Departamento de Relaciones Públicas y protocolo
Teléfono: 9063179

OSWALDO DE SOLA

Domingo 24/04/2005.


UN GEÓLOGO PRESTADO A LA HISTORIA /Ivone Rincón Moreno

Oswaldo De Sola nació en la quinta Santa Teresa de Caracas, pero desde hace unos cuantos años se ha dedicado a la difícil tarea de investigar datos históricos de Guayana, tierra que le robó más que el corazón y de la que tiene sus mejores recuerdos.
Entre risas, advierte que en sus 83 años de edad ha sido testigo del ejerci­cio de diecisiete presidentes, por lo que a él "nadie" le puede venir con cuen­tos.
Es ingeniero en geología de profesión, y quizás por eso es que la antigüedad de las tierras guayanesas lo embrujó y lo atrajo para desentrañar la historia de esta región.
Durante los últimos añios se ha dedi­cado a investigar y a encontrar docu­mentos históricos sobre esas grandes ba­tallas que se dieron en Guayana y en to­da Venezuela. La vida de ilustres pró­ceres y de otros que no han sido ni tan ilustres ni tan próceres.
Desde la sede de la Fundación Mu­seo Histórico de Guayana, en Ciudad Bolívar, Oswaldo De Sola hace histo­ria y se remonta a sus arios mozos, cuando estudiaba bachillerato en el Co­legio Sucre de Caracas, de donde egre­só en 1939.
Recuerda que la Caracas de su ju­ventud era la Caracas de Gómez, pues fue en esa misma época cuando él es­taba terminando el bachillerato y en ese momento "todo el mundo se volvió iz­quierdista de repente, jajajaja, y enton­ces todos tenían bajo el brazo los libros de Marx y Lenin. Es que imagínate, unos muchachos que después de todos esos años de dictadura, estábamos to­talmente desorientados y leíamos lo que nos pusieran".
Confiesa que quedó muy impresio­nado cuando leyó el Capital de Marx, "era un libro que ya tenía 80 años de pu­blicado, y por supuesto, me llamó mu­chísimo la atención, porque la Vene­zuela miserable en la cual yo me crié no tenía ningún asomo de igualdad con aquello que él describía de la Europa de mediados del siglo XIX, de forma que me pareció fantasioso y ridículo decir que esa era la solución de la humanidad y allí comenzaron los problemas porque la gente decía que era muy conservador.
Una familia con antigüedad
De sola recuerda con cariño que cuando era pequeño su papa siempre le contaba historia sobre los antepasados españoles, de tal modo que "nos contaba todas las cosas de Es­paña, de la toma de Granada, y de sus parientes. Y es que fíjate catorce De Sola fueron quemados en actos de fe por la Inquisición, jajajaja, y es que nosotros somos de la rama sefardí".
Rodeado de sus libros de historia, manuscritos y textos históricos que ha rescatado del olvido, Oswaldo De So­la, recuerda que al final de muchas vueltas, su familia vino a América y fue cuando se instalaron en Vene­zuela.
En 1943, egresa de la Universidad Central de Venezuela como geólogo. "Me graduó Medina, por cierto, ja­jajaja, y a me me correspondió el nú­mero 810 del Colegio de Ingenieros, y eso significa que no había nadie. Venezuela era un país pelao y a uno lo utilizaban para todo, si había que componer un pavimento en Valencia, uno de nosotros iba, si había que ha­cer una pista en Barcelona, iba uno de nosotros... y por eso yo he parti­cipado en miles de cosas sin tener re­almente la formación para eso, sino que era una obligación porque no ha­bía nada y si uno no lo hacía, no lo hacía nadie".
- ¿Por qué la geología?
- Porque en ese momento en Vene­zuela se estaba conociendo el poten­cial petrolero y necesitábamos gente para desarrollar todos esos depósitos. En mis primeros arios de trabajo, nos dedicamos a la formación de la car­tografía, porque en Venezuela no ha­bía planos y no había una cartogra­fía, que por ejemplo, uniera a Bar­quisimeto con San Cristóbal. Yo tu­ve que participar en esa comisión que levantó la cartografía nacional, eso fue al principio de los añios 40.
Cuenta que para esa época los úni­cos planos que existían eran unos cuantos elaborados por Codazzi, por lo que su primer trabajo fue la reela­boración de planos.
De Sola también realizó en esos pri­meros años trabajos de estratigrafía en la ladera de los Andes hacia los Llanos.  Allí establecimos  una secuencia y nos dimos cuenta  de que había petróleo,  y entonces se empezó la perforación de campos y otras cosas.

Director de la UCV
En 1946, el rector de la Universidad Central de Venezuela, Santiago Vera Izquierdo, lo invitó a ingresar en esta casa de estudios como docente, y fue así como inició su carrera académica que concluyó en 1972, cuando culmi­nó su gestión como rector interino de la UCV. De Sola fue uno de los dos rectores designados a esta casa de estudios superiores, cuando se produjo su intervención por parte del para en­tonces presidente de la República, Ra­fael Caldera.
"Yo trabajé en la universidad por 35 arios, y estaba siempre en la Facultad de Ingeniería, porque desde que se ini­ció en los tiempos de Cagigal está li­gada a la geología. Cagigal también era geólogo y paleontólogo, tenía muchos escritos interesantísimos, continuó. Al llegar los recursos del petróleo y cuan­do los presupuestos empezaron a cre­cer y se inició la entrada del país a la modernidad, el primero que comenzó de una manera increíble es el progra­ma de Febrero de López Contreras, ese es un documento histórico que todo el mundo debería de leer, porque ahí se ve la intención de hacer las cosas bien".
Oswaldo De Sola recibió todo tipo de condecoraciones y reconocimientos por la actividad académica y científica que ha desarrollado en toda su vida.
Sin embargo, esos reconocimientos no incidieron en que ahora, en esta eta­pa de su vida, se haya dedicado por en­tero a una actividad que lo apasiona: la investigación histórica y entre sus grandes hallazgos están documentos, medallas históricas y cuadros de per­sonajes ilustres.
En este proceso de investigación de documentos históricos, el ingeniero se ha encontrado con algunos textos so­bre la vida de Manuel Piar, quien para asombro de muchos no se llama Ma­nuel Carlos, sino Manuel María Fran­cisco.
Por cierto, él atesora los documentos en los que se justifica la decisión que tomó Simón Bolívar de fusilar a Piar en Ciudad Bolívar
Encuentro con Guayana
Oswaldo De Sola recuerda con cariño que uno de sus primero trabajos que lo trajo a Guayana fue la evaluación del Caroní para la construcción de una represa que permitiera aprovechar el potencial hidroeléctrico de esta fuente de agua.
Recuerda que la Corporación de Fo­mento estuvo integrada por notables ve­nezolanos que se encargaban -aproxi­madamente en 1948- de hacer trabajos para el desarrollo agrícola, obras pú­blicas, comunicaciones, entre otras responsabilidades.
"En 1949 se decidió estudiar la
Guayana como zona turística. Hicimos unos viajes a Guayana y aquí no había nada, sólo existía Ciudad Bolívar y un pueblito de tres calles que se llamaba San Félix. Lo demás eran sabanas y bosques, total que yo era amigo de to­dos los ingenieros viejos, de Rafael de León, Rafael Alfonzo Ravard y a nos­otros se nos ocurrió venir a Caroní, por­que se nos ocurrió la idea de aprove­char esos grandes ríos. Venezuela casi no tenía electricidad, sólo existía una plantica en Tacoa. Vinimos entonces a ver el Caroní".
Cuenta que llegaron a Ciudad Bolí­var y preguntaron cómo hacían para lle­gar a San Félix y se encontraron con que la única manera de llegar era en cu­riara. Entonces, tuvieron que empren­der el viaje por el Orinoco. "El viaje du­ró varias horas, pero no mucho porque el río lo empujaba a uno".
"Cuando llegamos nos encontramos que habían unas callecitas, la sabana de­trás, un cerro picúo que se llamaba El Gallo en el centro de la sabana. Pre­guntamos entonces, ¿dónde está el Ca­roní?, y tuvimos que coger unas mulas y llegamos a una zona más o menos cercana -a lo que hoy es el Parque Ca­chamay- y nos bajamos y nos queda­mos estupefactos, al ver esos saltos de agua y es que nunca habíamos imagi­nado un río de ese tamaño, porque los ríos que habíamos visto en el resto del país eran pequeños, el que tenía una mayor cantidad de agua tenía unos tres metros cúbicos".
Recuerda que cuando ellos llegaron, vieron  ese monstruo de agua cayendo , nos vimos todos la cara y recuerdo y recuerdo que Rafael Alfonso Ravard que siempre ha sido muy formal, se le salió una grosería: él dijo, ¿y ahora qué carajo hacemos con esto?".
Un río como pocos
Luego de ese primer contacto, el pa­so siguiente era "ponerle tamaño al río"
y se establecieron unos contratos para que viniera gente especializada a medir el río en varios tramos, eso fue en­tre los arios 48 y 49. "Desde ese mo­mento yo estoy ligado a la Guayana, porque me pareció fabulosa, era otro mundo, esto era otro país, que no tie­ne nada que ver con lo que está al nor­te del Orinoco".
Luego de varios estudios lograron medir el río y concluyeron que el río podía producir 5 mil metros cúbicos por segundo y "hay que ver lo que es esa cantidad de agua... lo que nos angus­tió es que en los meses de enero y fe­brero el río bajaba tanto que sólo pa­saban 500 metros cúbicos. El Caroní es hermosísimo y es uno de los ríos más famosos del mundo porque se inicia a 5 mil metros de altura y culmina en dos metros de altura, todo su lecho es de piedra y no hay sedimentos. Entonces, para suplir ese lapso con bajo caudal, propusimos represar el agua para que no se paralizara la electricidad".
Luego de mucho trabajo e investi­gaciones, los ingenieros se las arregla­ron para realizar en 1956 esa primera presa que llamaron "represa al pelo de agua", que no tenía aliviaderos, utili­zaba el agua que iba pasando por el río; y que luego dio paso a la Represa Hi­droeléctrica Raúl Leoni.
Hoy en día Oswaldo De Sola sigue hablando de Guayana con el mismo amor y la misma intensidad. Su preo­cupación ahora es que todos conozcan la historia de un país y de una de sus regiones más hermosas.



- ¿Por qué decidió venirse a Ciudad Bolívar?
- Porque esta es la capital de la provincia antigua, y esto debería ser un centro cultural. Tenemos los ele­mentos para que Ciudad Bolívar sea un sitio turísti­co, pero desgraciadamente hay muy poca imagina­ción.
- ¿Qué lo cautivó de Guayana?
- La majestuosidad. Cuando tú llegas por primera vez a la Guayana tú te quedas así... espantado de la sabana, las rocas, el paisaje, el color del cielo, los rí­os, es algo impresionante. Y además la carga histó­rica es importantísima.
- ¿Cuál ha sido la obra de ingeniería más
 1            im-
portante construida en Venezuela?
1 - Indudablemente que Guri, ahora claro, somos unos . expertos pero al principio tuvimos que aprender mu‑
cho y ahora los venezolanos saben hacer presas mor- 't mes y no se asustan con el río Caroní. Progreso en Venezuela ha habido, eso de negarlo, que si la cuar­ta República es totalmente ridículo.
- A nivel mundial ¿Cuál ha sido la obra de in­geniería más importante?
- Yo diría que Guri, el Golden Gate, la Presa del Colorado que es un poquito más pequeña que Guri, pero es importante.
- ¿Qué es lo más valioso que ha encontrado a ni­vel histórico?
- La clarificación de quién es Piar.
- ¿Por qué?
- Porque todos creen que es un bendito y es un ca­nalla. Y lo fabuloso de Guayana se llama Antonio de Berríos, fue extraordinario.
.1