viernes, 24 de enero de 2014

OSWALDO DE SOLA

Domingo 24/04/2005.


UN GEÓLOGO PRESTADO A LA HISTORIA /Ivone Rincón Moreno

Oswaldo De Sola nació en la quinta Santa Teresa de Caracas, pero desde hace unos cuantos años se ha dedicado a la difícil tarea de investigar datos históricos de Guayana, tierra que le robó más que el corazón y de la que tiene sus mejores recuerdos.
Entre risas, advierte que en sus 83 años de edad ha sido testigo del ejerci­cio de diecisiete presidentes, por lo que a él "nadie" le puede venir con cuen­tos.
Es ingeniero en geología de profesión, y quizás por eso es que la antigüedad de las tierras guayanesas lo embrujó y lo atrajo para desentrañar la historia de esta región.
Durante los últimos añios se ha dedi­cado a investigar y a encontrar docu­mentos históricos sobre esas grandes ba­tallas que se dieron en Guayana y en to­da Venezuela. La vida de ilustres pró­ceres y de otros que no han sido ni tan ilustres ni tan próceres.
Desde la sede de la Fundación Mu­seo Histórico de Guayana, en Ciudad Bolívar, Oswaldo De Sola hace histo­ria y se remonta a sus arios mozos, cuando estudiaba bachillerato en el Co­legio Sucre de Caracas, de donde egre­só en 1939.
Recuerda que la Caracas de su ju­ventud era la Caracas de Gómez, pues fue en esa misma época cuando él es­taba terminando el bachillerato y en ese momento "todo el mundo se volvió iz­quierdista de repente, jajajaja, y enton­ces todos tenían bajo el brazo los libros de Marx y Lenin. Es que imagínate, unos muchachos que después de todos esos años de dictadura, estábamos to­talmente desorientados y leíamos lo que nos pusieran".
Confiesa que quedó muy impresio­nado cuando leyó el Capital de Marx, "era un libro que ya tenía 80 años de pu­blicado, y por supuesto, me llamó mu­chísimo la atención, porque la Vene­zuela miserable en la cual yo me crié no tenía ningún asomo de igualdad con aquello que él describía de la Europa de mediados del siglo XIX, de forma que me pareció fantasioso y ridículo decir que esa era la solución de la humanidad y allí comenzaron los problemas porque la gente decía que era muy conservador.
Una familia con antigüedad
De sola recuerda con cariño que cuando era pequeño su papa siempre le contaba historia sobre los antepasados españoles, de tal modo que "nos contaba todas las cosas de Es­paña, de la toma de Granada, y de sus parientes. Y es que fíjate catorce De Sola fueron quemados en actos de fe por la Inquisición, jajajaja, y es que nosotros somos de la rama sefardí".
Rodeado de sus libros de historia, manuscritos y textos históricos que ha rescatado del olvido, Oswaldo De So­la, recuerda que al final de muchas vueltas, su familia vino a América y fue cuando se instalaron en Vene­zuela.
En 1943, egresa de la Universidad Central de Venezuela como geólogo. "Me graduó Medina, por cierto, ja­jajaja, y a me me correspondió el nú­mero 810 del Colegio de Ingenieros, y eso significa que no había nadie. Venezuela era un país pelao y a uno lo utilizaban para todo, si había que componer un pavimento en Valencia, uno de nosotros iba, si había que ha­cer una pista en Barcelona, iba uno de nosotros... y por eso yo he parti­cipado en miles de cosas sin tener re­almente la formación para eso, sino que era una obligación porque no ha­bía nada y si uno no lo hacía, no lo hacía nadie".
- ¿Por qué la geología?
- Porque en ese momento en Vene­zuela se estaba conociendo el poten­cial petrolero y necesitábamos gente para desarrollar todos esos depósitos. En mis primeros arios de trabajo, nos dedicamos a la formación de la car­tografía, porque en Venezuela no ha­bía planos y no había una cartogra­fía, que por ejemplo, uniera a Bar­quisimeto con San Cristóbal. Yo tu­ve que participar en esa comisión que levantó la cartografía nacional, eso fue al principio de los añios 40.
Cuenta que para esa época los úni­cos planos que existían eran unos cuantos elaborados por Codazzi, por lo que su primer trabajo fue la reela­boración de planos.
De Sola también realizó en esos pri­meros años trabajos de estratigrafía en la ladera de los Andes hacia los Llanos.  Allí establecimos  una secuencia y nos dimos cuenta  de que había petróleo,  y entonces se empezó la perforación de campos y otras cosas.

Director de la UCV
En 1946, el rector de la Universidad Central de Venezuela, Santiago Vera Izquierdo, lo invitó a ingresar en esta casa de estudios como docente, y fue así como inició su carrera académica que concluyó en 1972, cuando culmi­nó su gestión como rector interino de la UCV. De Sola fue uno de los dos rectores designados a esta casa de estudios superiores, cuando se produjo su intervención por parte del para en­tonces presidente de la República, Ra­fael Caldera.
"Yo trabajé en la universidad por 35 arios, y estaba siempre en la Facultad de Ingeniería, porque desde que se ini­ció en los tiempos de Cagigal está li­gada a la geología. Cagigal también era geólogo y paleontólogo, tenía muchos escritos interesantísimos, continuó. Al llegar los recursos del petróleo y cuan­do los presupuestos empezaron a cre­cer y se inició la entrada del país a la modernidad, el primero que comenzó de una manera increíble es el progra­ma de Febrero de López Contreras, ese es un documento histórico que todo el mundo debería de leer, porque ahí se ve la intención de hacer las cosas bien".
Oswaldo De Sola recibió todo tipo de condecoraciones y reconocimientos por la actividad académica y científica que ha desarrollado en toda su vida.
Sin embargo, esos reconocimientos no incidieron en que ahora, en esta eta­pa de su vida, se haya dedicado por en­tero a una actividad que lo apasiona: la investigación histórica y entre sus grandes hallazgos están documentos, medallas históricas y cuadros de per­sonajes ilustres.
En este proceso de investigación de documentos históricos, el ingeniero se ha encontrado con algunos textos so­bre la vida de Manuel Piar, quien para asombro de muchos no se llama Ma­nuel Carlos, sino Manuel María Fran­cisco.
Por cierto, él atesora los documentos en los que se justifica la decisión que tomó Simón Bolívar de fusilar a Piar en Ciudad Bolívar
Encuentro con Guayana
Oswaldo De Sola recuerda con cariño que uno de sus primero trabajos que lo trajo a Guayana fue la evaluación del Caroní para la construcción de una represa que permitiera aprovechar el potencial hidroeléctrico de esta fuente de agua.
Recuerda que la Corporación de Fo­mento estuvo integrada por notables ve­nezolanos que se encargaban -aproxi­madamente en 1948- de hacer trabajos para el desarrollo agrícola, obras pú­blicas, comunicaciones, entre otras responsabilidades.
"En 1949 se decidió estudiar la
Guayana como zona turística. Hicimos unos viajes a Guayana y aquí no había nada, sólo existía Ciudad Bolívar y un pueblito de tres calles que se llamaba San Félix. Lo demás eran sabanas y bosques, total que yo era amigo de to­dos los ingenieros viejos, de Rafael de León, Rafael Alfonzo Ravard y a nos­otros se nos ocurrió venir a Caroní, por­que se nos ocurrió la idea de aprove­char esos grandes ríos. Venezuela casi no tenía electricidad, sólo existía una plantica en Tacoa. Vinimos entonces a ver el Caroní".
Cuenta que llegaron a Ciudad Bolí­var y preguntaron cómo hacían para lle­gar a San Félix y se encontraron con que la única manera de llegar era en cu­riara. Entonces, tuvieron que empren­der el viaje por el Orinoco. "El viaje du­ró varias horas, pero no mucho porque el río lo empujaba a uno".
"Cuando llegamos nos encontramos que habían unas callecitas, la sabana de­trás, un cerro picúo que se llamaba El Gallo en el centro de la sabana. Pre­guntamos entonces, ¿dónde está el Ca­roní?, y tuvimos que coger unas mulas y llegamos a una zona más o menos cercana -a lo que hoy es el Parque Ca­chamay- y nos bajamos y nos queda­mos estupefactos, al ver esos saltos de agua y es que nunca habíamos imagi­nado un río de ese tamaño, porque los ríos que habíamos visto en el resto del país eran pequeños, el que tenía una mayor cantidad de agua tenía unos tres metros cúbicos".
Recuerda que cuando ellos llegaron, vieron  ese monstruo de agua cayendo , nos vimos todos la cara y recuerdo y recuerdo que Rafael Alfonso Ravard que siempre ha sido muy formal, se le salió una grosería: él dijo, ¿y ahora qué carajo hacemos con esto?".
Un río como pocos
Luego de ese primer contacto, el pa­so siguiente era "ponerle tamaño al río"
y se establecieron unos contratos para que viniera gente especializada a medir el río en varios tramos, eso fue en­tre los arios 48 y 49. "Desde ese mo­mento yo estoy ligado a la Guayana, porque me pareció fabulosa, era otro mundo, esto era otro país, que no tie­ne nada que ver con lo que está al nor­te del Orinoco".
Luego de varios estudios lograron medir el río y concluyeron que el río podía producir 5 mil metros cúbicos por segundo y "hay que ver lo que es esa cantidad de agua... lo que nos angus­tió es que en los meses de enero y fe­brero el río bajaba tanto que sólo pa­saban 500 metros cúbicos. El Caroní es hermosísimo y es uno de los ríos más famosos del mundo porque se inicia a 5 mil metros de altura y culmina en dos metros de altura, todo su lecho es de piedra y no hay sedimentos. Entonces, para suplir ese lapso con bajo caudal, propusimos represar el agua para que no se paralizara la electricidad".
Luego de mucho trabajo e investi­gaciones, los ingenieros se las arregla­ron para realizar en 1956 esa primera presa que llamaron "represa al pelo de agua", que no tenía aliviaderos, utili­zaba el agua que iba pasando por el río; y que luego dio paso a la Represa Hi­droeléctrica Raúl Leoni.
Hoy en día Oswaldo De Sola sigue hablando de Guayana con el mismo amor y la misma intensidad. Su preo­cupación ahora es que todos conozcan la historia de un país y de una de sus regiones más hermosas.



- ¿Por qué decidió venirse a Ciudad Bolívar?
- Porque esta es la capital de la provincia antigua, y esto debería ser un centro cultural. Tenemos los ele­mentos para que Ciudad Bolívar sea un sitio turísti­co, pero desgraciadamente hay muy poca imagina­ción.
- ¿Qué lo cautivó de Guayana?
- La majestuosidad. Cuando tú llegas por primera vez a la Guayana tú te quedas así... espantado de la sabana, las rocas, el paisaje, el color del cielo, los rí­os, es algo impresionante. Y además la carga histó­rica es importantísima.
- ¿Cuál ha sido la obra de ingeniería más
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portante construida en Venezuela?
1 - Indudablemente que Guri, ahora claro, somos unos . expertos pero al principio tuvimos que aprender mu‑
cho y ahora los venezolanos saben hacer presas mor- 't mes y no se asustan con el río Caroní. Progreso en Venezuela ha habido, eso de negarlo, que si la cuar­ta República es totalmente ridículo.
- A nivel mundial ¿Cuál ha sido la obra de in­geniería más importante?
- Yo diría que Guri, el Golden Gate, la Presa del Colorado que es un poquito más pequeña que Guri, pero es importante.
- ¿Qué es lo más valioso que ha encontrado a ni­vel histórico?
- La clarificación de quién es Piar.
- ¿Por qué?
- Porque todos creen que es un bendito y es un ca­nalla. Y lo fabuloso de Guayana se llama Antonio de Berríos, fue extraordinario.
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